Historias de robos hubo, hay y habrá muchas, pero pocas como ésta. Resulta que un buen día un joven de 19 años de Pensilvania, entra a una casa a robar. Se hace con dos anillos valorados en 3,500 euros, y se va por donde ha venido.
Sin embargo, la dueña de la casa al volver a la misma se percata del robo e identifica con total seguridad al ladrón. ¿cómo? os preguntaréis. Una huella digital, una pisada, un pelo... Nada de eso. El joven ladrón, ni corto ni perezoso, se metió en su cuenta de Facebook desde el ordenador de la casa y no cerró su sesión. La víctima del robo tuvo en sus manos todos los datos personales del joven.
Según cuenta Bitelia, está en la cárcel bajo fianza de 10.000 dólares y a la espera de juicio. Si finalmente se le considera culpable (más que seguro) se enfrenta a un máximo de 10 años de prisión (algo excesivo, en mi opinión...).
Así que ya sabéis, si robáis por lo menos cerrad sesión antes de salir ;)
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